Psicoterapia de la libertad




La forma en que Carl Rogers ayudaba a sus pacientes fue denominada en un momento, como la psicoterapia de la libertad.
En efecto, el Enfoque Centrado en la Persona, conforma una serie de actitudes, que, cuando se encuentran presentes, simultáneamente, en el ámbito de la consulta, generan un ambiente, una atmosfera, de modo que la persona que acude a pedir ayuda, tiene la oportunidad de ir sintiéndose cada vez, un poco mas libre.
Me refiero a “cada vez”, pues en la medida que se va sintiendo cómoda, cada vez mas cómoda, no juzgada, no interpretada, no observada, va percibiendo en cada consulta que puede ir desplegándose cada sesión, un poco mas.

El consultante, inicia un camino que lo lleva a ir adquiriendo mayores grados de libertad.

En un momento el maestro nos dice algo así, como que el consultante, se vaya animando a ser, aquel que es, y no otro.

Yo agrego, que el consultante, se vaya permitiendo a si mismo, empezar a ejercer su existencia en forma libre.

Ahora bien, los que, si bien no llegamos a ningún lado, pues en la vida siempre estamos yendo, estamos siendo, estamos fluyendo, pero, que hemos logrado un desarrollo personal que nos permite, tomar nuestras propias decisiones, sin consultar a nadie, en los momentos en los que elegimos tomarlas y de la forma en que decidimos tomarlas, encontramos que aun ahí, existen distintos grados de libertad.
Lo exprese en el escrito DALI-ROGERS de la revista anterior.

La obra de Salvador Dalí, expresa para mi un casi extremo de libertad, al que puede llegar el hombre, lindando, como lo dije en aquel articulo, con algún grado de patología, pero aun, dentro de la salud.

Digamos que Salvador Dalí, poseía una serie de actitudes y manifestaciones que podrían ser encuadradas dentro de la megalomanía, del narcisismo extremo, del autismo, de los delirios, etc.

Pero su obra, la expresión de la sumatoria extensísima de su obra, tanto escultórica, como pictórica, como sus joyas, y artefactos creados por el como muebles, y dispositivos de todo tipo, nos hablan de un hombre lanzado a una libertad que, vista desde el parámetro humano, parecen estar en un extremo muy extremo de la misma.

Hoy, en este articulo, en el que pretendo seguir con el tema de la libertad y sus grados, deseo introducirme en mis experiencias de introducirme en el mar, desprovisto de ropa alguna.

Y, ¿porque vuelvo a hablar de grados de libertad?, porque soy yo y no otro el que experimenta esos grados de libertad.

Cuando lo hice por primera vez, ya hace cuatro años, percibí una sensación existencial y esencial, de gran placer, de gran libertad.

Pero cuando lo volví a vivir, fui percibiendo en cada oportunidad un grado mayor de libertad y de placer esencial entre mi persona y lo que me rodeaba.

En principio, sentí, una unidad con lo que me rodeaba, una sensación de pertenencia con el todo, pero desde otro lugar, respecto a como lo había sentido antes.

Se abren en mi algo así como nuevas puertas, que me permiten no solo sentirme, sino ser, simplemente mas libre cada vez, aunque desde lo visual, pudieran ser experiencias iguales.

Por eso me fascina, lo que voy percibiendo, ya sea cuando observo una obra cultural, como las mencionadas, en las que admiro y advierto una libertad muy muy especial y muy profunda.

Y, a su vez, también me fascina, cuando a medida que extiendo mi practica de bañarme en el mar o en una piscina, sin ropas, sensaciones de libertad que me llegan esencialmente como crecientes.

Mi esencia, me dice que son crecientes, que son cada vez mas profundas, que son cada vez, mas cercanas al principio y al fin de mi existencia mundana.

Por eso, me parece interesante aportar mi experiencia, y vuelvo a Rogers, cuando nos dice que “mi experiencia es mi máxima autoridad”.

Me siento afortunado de poder, mas allá de la puesta en practica de las actitudes, en el consultorio y en la vida misma, poder ir advirtiendo que puedo ir como soltándome mas y mas, como persona, mas y mas desde adentro y hacia fuera.

Puedo percibir la libertad al contemplar una gran obra, y puedo percibir la libertad al colocar a mi cuerpo en condiciones parecidas a las que sentí cuando estaba en el vientre de mi madre.

Fin y principio, principio y fin, libertad, siempre libertad, grados de libertad, grados, tal vez, de acercarme a la comprensión, esencial, no racional, del todo y del todo de los todos.

Puedo manifestarme cada día con mayor libertad, puedo decir cada día, lo que siento, lo que creo, lo que deseo, sin trabas, sin limites, sin filtros (solo los filtros que me impiden ser sinceridad, o mal educado), y a la vez, puedo sentir cada día con mayor libertad, de que se trata la experiencia de estar vivo, de respirar, de sentir, de pensar, en medio del agua, rodeado simple y completamente por agua, sin que medie ningún objeto entre ella y mi propio cuerpo.

Puedo, en definitiva, ir adquiriendo distintos grados de libertad, en el recorrido de mi vida, de modo de ser cada día un poco mas aquel que soy, aquel que nació desde un vientre, envuelto en liquido, y aquel que un día partirá, con la sola compañía, de los momentos mas completos y mas libres, que me haya animado a vivir.













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